Villa Carlos Paz: sierra, lago, río y teatro

Imaginemos por un instante que somos grandes estrellas del teatro rioplatense. Cuando empezamos a preparar la temporada de verano nos llegan dos propuestas: una en la costa de Mar del Plata en Buenos Aires, otra en el entorno serrano de Villa Carlos Paz en Córdoba. Es verdad que la decisión de los artistas depende de lo económico, la producción, el enfoque artístico o hasta en qué lugar estarán en el cartel. Pero si tuviéramos que decidir solo por lo turístico, después de haber visto los panoramas increíbles del Lago San Roque rodeado de sierras, no dudaríamos ni dos segundos: nos iríamos a hacer temporada en Carlos Paz.

Además de concentrar algunos de los mejores espectáculos del país, Villa Carlos Paz ofrece playas, montaña, ecoturismo, historia y el encanto único de la alegría cordobesa, todo en el mismo lugar. La “Villa”, como la llaman los habitués y los locales, es hoy el centro turístico más grande y urbanizado de las Sierras de Córdoba, aunque mantiene un perfil relajado que invita al descanso, sobre todo cuando termina la temporada alta.

Las playas de Carlos Paz

Una de las cosas más lindas de Carlos Paz es la variedad de playas que se extienden a orillas del Lago San Roque y del Río San Antonio.

Sobre el Lago podemos tomar sol en la Playa del Ciervo, de estilo juvenil; sumarnos a la movida de la Playa Calaconta cerca del centro; navegar (o mirar los barcos) en la Playa Pirelli; o pasar una tarde pescando en la Bahía de los Gitanos, un paraje más natural. También es muy disfrutable el Paseo de los Patos, lleno de verde y con actividades para todas las edades. Y la estadía no puede terminar sin un recorrido panorámico por la Costanera, ya sea en auto o en el tranvía de la Villa. 

De paseo por la Costanera (foto extraída de Lajornadaweb.com.ar)

En el curso del Río San Antonio se asientan varios balnearios imperdibles. El Fantasio es el más cercano al centro y por eso uno de los más visitados en verano, con toda la infraestructura para ir a pasar el día (parrilleros, bar, restaurante, provisiones, baños y hasta zona de camping). Sol y Río también tiene todo para una tarde de picnic. La Hoya, más tranquilo, toma su nombre de las piletas naturales profundas que se forman entre sus rocas características. Los que viajan en familia tienen que conocer Playa de Oro, una franja extensa de arena y aguas bastante llanas, ideales para bañarse. Las Cascadas es un lindo paseo para ver un paisaje diferente (como su nombre indica, hay lindas cascadas).

Playa de Oro, ideal para disfrutar de un buen baño

Dos fotos obligadas: los emblemas de Carlos Paz

El Reloj Cucú: En la plazoleta situada en Av. Sarmiento y José H. Porto siempre hay turistas que, cámara o celular en mano, esperan que el reloj marque la hora exacta para que el pájaro salga de la caseta y sacarle una foto. Este enorme Reloj Cucú, icono turístico de Carlos Paz, es también un legado de la herencia alemana en toda esta zona de Córdoba. El reloj fue construido en la década del cincuenta por ingenieros alemanes y hoy sigue encantando con el sonido del ave anunciando las horas y el detalle de su tallado.

La clásica postal de Carlos Paz (foto extraída de Panoramio.com)

El Dique de San Roque y la Vuelta al Lago: Nadie termina sus vacaciones sin tomar una foto del “Embudo”, la parte más conocida del Dique, una obra maestra de la ingeniería. Está a 11 kilómetros de la Villa y el camino hasta allí, conocido como la “Vuelta al Lago”, es uno de los paseos panorámicos más hermosos de Carlos Paz. El recorrido parte del centro y termina en un camino sinuoso (el emocionante Camino de las Cien Curvas) de donde se tienen vistas espectaculares del dique. Un poco más allá está la Villa Parque Siquiman, otro tradicional paseo desde Carlos Paz.

El "Embudo" del Dique de San Roque (foto extraída de Panoramio.com)

Carlos Paz desde las alturas

Cerro de la Cruz: Los aficionados al trekking tienen un día de emoción asegurada ascendiendo al Cerro de la Cruz. Donde termina la avenida Estrada (a los pies de la aerosilla) empieza el camino que, tras unos dos kilómetros de caminata, culmina en la enorme cruz que da nombre al cerro. Desde allí, a unos mil metros de altura, se tiene otra vista inolvidable de Carlos Paz.

Vista desde el Cerro de la Cruz

Complejo Aerosillas: Desde hace más de sesenta años ver la ciudad desde las aerosillas es una de las actividades preferidas de los turistas. Además de las telesillas, el complejo tiene una tirolesa, un acuario y serpentario, una feria con artesanías y productos regionales (no se pierdan los alfajores), un sendero autóctono para conectarse con la naturaleza y varios miradores para admirar las sierras en silencio.

Broadway de las Sierras

En verano, Carlos Paz se convierte en uno de los grandes polos teatrales de Argentina. Los grandes artistas del Río de la Plata traen sus espectáculos a los teatros de la ciudad, y hay tanto para ver que podríamos elegir una obra para cada noche de estadía. El Luxor, el Teatro del Sol, el Coral, Holliday, el Candilejas y el Zorba son los teatros más conocidos, con varias salas donde se pueden ver desde monólogos de humor cordobés hasta revistas al mejor estilo Broadway, pasando por obras clásicas de primer nivel. Después del teatro, hay cientos de restaurantes y boliches que encienden la ciudad para salir hasta tarde.

Para seguir descubriendo Córdoba…

Los viajeros inquietos que siempre quieren ir más allá de un solo destino, tienen varios lugares atractivos para conocer en la provincia cordobesa. Empezando por Córdoba Capital a una hora de auto, una ciudad muy activa con cantidad de atractivos históricos y un inacabable patrimonio cultural. Muy cerca de Carlos Paz, también en el Valle de Punilla, está el balneario de Tanti, donde los cursos de agua entre las montañas forman un paisaje precioso. Otro lindo paseo es el combo La Cumbrecita-Villa General Belgrano, dos localidades de origen alemán con arquitectura típica y excelentes cervecerías y salones de té.

Entre los principales destinos cordobeses hay otros dos pueblos que valen la pena: Capilla del Monte cautiva a los viajeros más esotéricos con las historias misteriosas del cerro Uritorco, y San Marcos Sierras encanta con su colorido bohemio y la frescura del río Quilpo. Para los que quieren aventura, el Valle de Traslasierra y el Valle de Calamuchita son excursiones como para extasiarse de verde serrano.

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