Norte y CentroAmérica / Saint Martin

Sint Maarten y Saint Martin: una isla, dos culturas

Parece una escena de película: estamos en una reposera disfrutando el color azul del Caribe, cuando de repente se escucha el estruendo de las turbinas. Y levantando un poco la cabeza, vemos un avión despegando unos pocos metros por encima de la arena. Podría ser el guion perfecto para un film de catástrofe, pero es una escena cotidiana –y uno de los atractivos peculiares- de la isla Sint Maarten (si nos referimos al lado holandés) o Saint Martin (cuando hablamos de la parte francesa).

Pero no son solo los aviones ni su doble nacionalidad lo que hace de esta pequeña isla de 70 mil habitantes un destino tan especial para vacacionar en el Caribe. Su propuesta difiere de la mayoría de las playas caribeñas, que restringen sus vacaciones a la franja costera frente al resort. En Sint Maarten/Saint Martin los turistas pueden andar libremente entre las 37 playas públicas de la isla, más allá del hotel donde se estén alojando, y descubrir incluso rincones solitarios para relajarse del todo. Eso sí, puede suceder que no se sepa bien si estamos en el lado francés u holandés, ya que aunque en algunos lugares se note el cambio cultural, toda la isla es muy cosmopolita, se hablan varios idiomas y la moneda es el euro en ambos lados.

 

Sint Maarten, el lado holandés

Grandes resorts de cara a la playa, paseos de compras inagotables, casinos luminosos, una vida nocturna muy animada y un aeropuerto que es en sí mismo un atractivo turístico. Todo eso hace de Sint Maarten un destino para los que temen un minuto de aburrimiento, con el espíritu abierto y amistoso de los holandeses. Los viajeros que quieren escapar el bullicio quizás se sientan algo abrumados, pero la parte holandesa de la isla también tiene algunas joyas escondidas sobre el Caribe donde descansar en silencio, y que están a solo unos minutos de caminata.

 

De paseo por Philipsburg

La capital de Sint Maarten es la ciudad más agitada de la isla. De cara a una enorme bahía, su puerto recibe a diario los cruceros que surcan el Caribe, y por eso se ha desarrollado como un gran shopping a cielo abierto, con locales para comprar los souvenirs más variados. La costanera (Front Street) es el punto más transitado de Philipsburg, lleno de free shops, boutiques, joyerías, tiendas de diseño y casinos. Aquí también se concentra la mejor gastronomía de la parte holandesa: uno al lado del otro, se suceden los restaurantes de estilo caribeño, donde la comida étnica y los jugos tropicales sorprenden a los que buscan sabores exóticos.


Cientos de ofertas en el gran shopping a cielo abierto de Philipsburg.

 

Maho Beach

Siempre es una experiencia llamativa ver un avión atravesando el cielo: imaginen si lo vemos en la playa, a pocos metros por encima de donde estamos tomando sol. Eso es lo que da un atractivo tan singular a Maho Beach, la playa más popular del lado holandés, tan cercana al aeropuerto que es uno de los pocos lugares en el mundo donde se pueden avistar aviones justo cuando salen de la pista de despegue. Hay varios bares y restaurantes sobre la playa donde sentarse a tomar un trago mientras se espera que pase el próximo avión.


El gran atractivo de Maho Beach y de todo Sint Maarten.

 

OysterPond y Dawn Beach

La marina de OysterPond es un lindo lugar para sentarse a ver los barcos arribar desde el Atlántico, mientras se come en alguno de los restaurantes costeros. Desde aquí salen varios tours en barco para recorrer la isla. Justo al lado de Oyster Pond, Dawn Beach ofrece el clásico panorama caribeño para tomar sol: arena blanca, aguas turquesas, barcitos rústicos y palmeras. En esta zona encontramos algunos de los resorts más famosos de Sint Maarten, como el Oyster Bay Beach Resort o The Westin Dawn Beach Resort.

 

Noche en Simpson Bay

La fiesta en Simpson Bay empieza antes de que caiga el sol. Desde el puerto parten catamaranes que navegan más allá de Maho Beach en un clima muy festivo, con bebidas, animadores y DJs. A la noche, toda la zona de Simpson Bay se enciende con variedad de lounges para abrir la noche con buenas margaritas, casinos al mejor estilo Las Vegas y clubes para bailar música latina hasta tarde. Lo mejor de Simpson Bay es que los locales están tan cerca que se puede visitar varios en una sola noche sin tener que trasladarse demasiado.


Vista desde Simpson Bay.

 

Saint Martin: la Francia caribeña

En el lado francés de la isla, tal vez por la ausencia de cruceros, todo es más relajado. Los grandes comercios y resorts cosmopolitas dan lugar a alojamientos boutique y tiendas de estilo más chic. Los expertos comparan Saint Martin con la Costa Azul de Francia, y el paralelismo es muy atinado sobre todo en lo que refiere a gastronomía. Si ya habíamos probado delicias en Saint Maarten, es en el lado francés donde la buena cocina alcanza sus niveles cósmicos. La zona de Grand Case es la preferida de los gourmands condocenas de restaurantes, cafés y bistrós donde grandes chefs han venido a combinar las tradiciones francesas con el toque fresco del Caribe.

 

Marigot, aires de pueblo

En oposición a la ajetreada Philipsburg, la capital francesa, Marigot, se siente mucho más aldeana. Su población es más pequeña, y sus casas sobre el puerto aún preservan el aire de pueblo pesquero que le dio origen a la localidad. Junto al puerto de Marigot hay un mercado que vale la pena visitar para ver de cerca los colores locales y comprar frutas y especias de primera mano. A lo alto de una ladera, el fuerte de St. Louis vigila toda la bahía desde los tiempos de Luis XVI. Hoy es la construcción más emblemática de la isla y regala una vista maravillosa a los que suben.


De visita en el Mercado de Marigot, donde a lo alto se ve el fuerte de St. Louis.

 

Orient Bay

Gente bonita, mucho topless y un ambiente sofisticado le ha dado a Orient Bay el mote de “la Saint Tropez del Caribe”. Se trata de una de las playas más exclusivas de la isla, algo superpoblada pero manteniendo ese paisaje impoluto de agua turquesa y vegetación.

Lo que ha hecho a Orient Bay famosa internacionalmente fue su origen como playa nudista. El Club Orient, el único resort nudista de la isla, aún mantiene su código de ropa opcional en su zona de playa en el extremo sur de la bahía. Y aunque fuera de esa zona se ve más gente vestida, el nudismo se practica a lo largo de todo Orient Bay. Como es una playa amada por los cruceristas que llegan a pasar el día, es la que tiene más bares directamente emplazados sobre la arena.


Orient Beach, bastante despoblada.

 

Baie Longue

La “bahía larga” (“Long Bay” en inglés), como bien describe su nombre, es una de las playas más extensas de la isla. Desde el célebre resort La Samanna (que tiene un bar excelente) hasta el Pointe du Canonnier, se despliega un panorama de mucha calma, solo interrumpido por el sonido de las olas o de los pelícanos. Aquí no hay servicios ni vendedores: solo el mar y la arena para dar una caminata romántica y luego recostarse a ver el mejor atardecer de Saint Martin.


Disfrute máximo en Long Bay.

 

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