Australia y Pacífico / Australia

Australia, un gigante lleno de vida

Empezar a escribir sobre Australia es tan difícil como querer recorrer todo su territorio. Hay tanto, tanto para explorar, que un viaje de años nos quedaría corto. La fauna y flora salvaje que solo habita en esta parte del planeta (como los famosos canguros y koalas), las playas interminables que apasionan a los surfistas, la cultura efervescente de las grandes ciudades y las tradiciones autóctonas de los habitantes originarios… Viajar a Australia es como irse a uno de los confines del mundo, donde quedan muchos kilómetros que aún no han sido trastocados por el humano.  

 

Hello, Sydney

Durante años creí que Sydney, la ciudad más grande y famosa de Australia, era su capital. Y aunque ese honor lo lleva Canberra, al caminar por las calles luminosas de Sydney uno tiene la sensación de estar conociendo una de las grandes capitales del mundo. La marcan su puerto siempre en movimiento, su gigantesca oferta de entretenimiento y gastronomía, sus paseos de compras cosmopolitas y su icónica arquitectura que define su moderna e inconfundible silueta desde el agua.

Para empezar a conocer Sydney hay que visitar sus dos grandes emblemas: el Harbour Bridge y la Opera House. El primero es uno de los puentes más reconocidos del mundo, que conecta el centro de la ciudad con la costa norte en un paseo que nos regala vistas impresionantes. El segundo es uno de los edificios más emblemáticos del siglo XX, bellísimo por fuera y estremecedor por dentro si tenemos la suerte de asistir a algún espectáculo. Para ver el puente y la Ópera desde una perspectiva privilegiada, hay que sentarse en la silla de la señora Macquarie, que fue especialmente construida para que la esposa del gobernador pudiese contemplar el puerto.


El Harbour Bridge y la Opera House 

 

La historia de Sydney se nos va revelando a cada paso en el distrito de Rocks y en Circular Quay, los primeros lugares donde se asentaron los colonos británicos en 1788. Su cara más moderna y bulliciosa está en Darling Harbour, un área peatonal al lado del distrito de negocios. También es interesante recorrer Chinatown para deleitarse en alguno de sus restaurantes. En Kings Cross podemos hacer compras hasta cansarnos y, si queda energía al final del día, salir a tomar una copa o bailar hasta muy tarde en alguno de sus muchísimos bares.

Pero el paseo más disfrutable de Sydney se hace por agua: un crucero de lujo sobre la Bahía de Watson, donde podemos tomar las fotos panorámicas más lindas de la ciudad. En el trayecto nos impactamos con el vértigo de The Gap (uno de los acantilados más impresionantes de la bahía) y descansamos un buen rato sobre la arena blanca de Bondi Beach, la playa más conocida de Sydney. También son bonitas las vistas de Double Bay y Rose Bay, dos de los barrios más exclusivos de la ciudad.


The Gap, impresionante

 

Expedición a las Montañas Azules: ecoaventura y canguros

No hace falta alejarse mucho de Sydney para empezar a vivir la mística natural de Oceanía. Las Montañas Azules están a unas dos horas de la urbe, desplegando un horizonte increíble de relieves esfumados en la neblina azul. El Parque Nacional de las Montañas Azules –considerado Patrimonio de la Humanidad- abarca un territorio inmenso de picos altos y bosque nativo, donde se intercalan pequeños pueblos con cafés y galerías de lujo.

Los amantes de la aventura pueden hacer rápel, andar a caballo o probar con mountain bike, aunque hay propuestas para todas las edades y niveles de dificultad. Y los que están ansiosos por conocer la fauna autóctona pueden acariciar canguros y koalas (y asustarse con cocodrilos) en el Featherdale Wildlife Park, ubicado en el camino de Sydney a las Montañas Azules.


Vista aérea de las Montañas Azules 

 

Melbourne, paraíso cultural

Quizás menos afamada que Sydney, Melbourne no carece de personalidad y, en efecto, es considerado el centro cultural de Australia. La capital del estado de Victoria nos sorprende con su ambiente multicultural, sus incontables tranvías, su arquitectura elegante, sus boutiques de diseño, su escena artística y musical, su gastronomía de alto nivel y su enorme infraestructura dedicada al deporte (de hecho había albergado los Juegos Olímpicos antes que Sydney, en 1956). Todos los días podemos disfrutar un programa distinto: un festival de cine, un partido de críquet, una exposición de vanguardia, un evento de moda. Y los que aprecian una movida nocturna encendida, encontrarán en Melbourne barcitos con terrazas abiertas y pubs muy en onda instalados en viejas fábricas para sacarse las ganas de salir.

Pero Melbourne también nos atrapa por su historia. Y para conocerla, nada mejor que tomar el tranvía gratuito para turistas, totalmente restaurado, que nos va llevando a través de los siglos por el centro de la ciudad. La lista esencial de lugares históricos incluye la Casa del Capitán Cook en los divinos jardines de Fitzroy, la Biblioteca Victoria y el Jardín Botánico Real, uno de los más hermosos del mundo, a orillas del río Yarra.

Este río es una de las arterias vitales de Melbourne, y se puede aprovechar en un picnic en alguna de sus muchas áreas verdes, viendo a los remeros pasar. La vista más increíble del río y de toda la ciudad se tiene desde el Skydeck 88 en la Eureka Tower, la plataforma de observación más alta del hemisferio sur y el edificio residencial más alto del planeta. El piso de cristal del observatorio, a más de 300 metros de altura, nos da una sensación única de estar parados encima del cielo; sobre todo si ya anocheció. 


La vista impresionante desde el Skydeck 88

 

Great Ocean Road: el Pacífico como nunca lo viste

A dos horas de Melbourne comienza una de las rutas costeras más fascinantes del planeta: la Great Ocean Road, que va bordeando acantilados y bosques a orillas de larguísimas playas desiertas sobre el Océano Pacífico. Se puede hacer el tour en un día desde Melbourne (son 270 kilómetros y lleva unas doce horas). O dedicar un poco más de tiempo y alojarse en alguno de los pueblos que se asientan sobre la ruta, algo que vale mucho más la pena si se quiere conocer de cerca las tradiciones del sur de Victoria.


Great Ocean Road, un recorrido increíble

 

Apollo Bay es una excelente base de operaciones para explorar las maravillas del Océano Austral. Situada al borde de los bosques Outways, esta linda villa de pescadores tiene muy buenos hoteles, deliciosa comida de mar y bares relajados para degustar un vino local mirando el mar. Después de visitar el mirador Marriner’s Lookout y tomar sol en las dos playas de la bahía (una surfista y otra para nadar), hay que tomarse un día para conocer los Doce Apóstoles en Port Campbell. Se le llama así al paisaje único formado por un grupo de piedras caliza que sobresalen del océano, impresionante al atardecer. Y si da el tiempo, otra linda excursión es a Lorne, un pueblo turístico muy sereno con olas surfistas y mucho verde alrededor. 

 

La Gran Barrera de Coral: maravillas bajo el agua

Uno de los atractivos más convocantes de Australia es la Gran Barrera de Coral. No solo es el mayor arrecife del planeta, sino una de las maravillas naturales más impactantes. Si nunca nos animamos con el buceo, este paraíso de vida subacuática nos impulsa a sumergirnos y descubrir más belleza aún que la que nos deslumbra en sus miles de islas tropicales. Para descubrirlo nos trasladamos a la costa de Queensland, donde hay varios destinos en los que se puede hacer una excursión en barco (buceo incluido) hasta los corales.


Gran Barrera de Coral

 

El más importante de esos puntos de acceso es la ciudad de Cairns, muy acogedora y llena actividades para los turistas, entre playas turquesas y bosques tropicales. Desde aquí tomamos un crucero hasta una de las islas del arrecife, Michaelmas Cay. El tour guiado nos muestra la enorme biodiversidad de la región, desde los corales vivos y los peces de colores hasta las aves migratorias. Incluso si no nos queremos mojar, hay barcos que tienen fondo transparente para tener un contacto directo con los corales.

 

Descubriendo la Cabo Tribulación y Daintree

El paraíso ecológico de Queensland continúa revelándose en otra excursión imperdible para hacer desde Cairns: el Parque Nacional Cabo Tribulación. Aquí los Bosques Húmedos australianos se encuentran con los arrecifes, formando playas tropicales de una biodiversidad increíble. El tour incluye un vistazo a la hermosa localidad de Port Douglas, un recorrido por las tradiciones aborígenes de Mossman Gorge, un almuerzo en la solitaria Thorton Beach y unas vistas inolvidables desde el mirador Alexandra Lookout.

Luego de visitar el Cabo Tribulación, el paseo se cierra en el Parque Nacional Daintree, una extensa selva considerada el ecosistema más antiguo del planeta. Atravesando lianas y siguiendo el curso silvestre del río Daintree, parece que volviéramos al origen de la vida vegetal en la Tierra. Y esa es la sensación indescriptible que nos deja el viaje a Australia: sentir que volvemos al tiempo donde empezó la magia del planeta, muchísimo antes de que la humanidad estuviera acá para verla.


Parque Nacional Daintree

 

¡Aventurate y conocé Australia!

 



 

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