Norte y CentroAmérica / Guatemala

Antigua Guatemala: la joya de Centroamérica

Desde la primera vez que pisé la Antigua Guatemala supe que allí pasaría una temporada de mi vida inolvidable. Y no me equivoqué. Vine completamente a ciegas, solo con la idea de que era una ciudad colonial muy hermosa, por lo que me habían dicho. Pero es mucho más que eso: Antigua tiene sorpresas, magia, historias maravillosas que se abren entre sus puertas. 

Su hechizo radica en que aquí conviven los contrastes en perfecta armonía: el pasado añorado mimetizado con el día de hoy, los orígenes de nuestra América indígena y la colonización, el idioma español coexistiendo con las lenguas nativas, las iglesias católicas y los rituales mayas, todo al mismo tiempo. 

 

ARRIBANDO

Estaba haciendo un largo recorrido, subiendo por Centroamérica desde Colombia, viviendo de la artesanía o de trabajar en bares, buscándome la vida como fuera posible para extender mi viaje. Así es que llegué agotada a Antigua, después de 25 horas en bus –viajando de noche y siendo la única extranjera- desde Nicaragua hasta Ciudad de Guatemala. Allí arribé a la mañana e inmediatamente me puse a buscar cómo hacer los 54 kilómetros hasta Antigua.

Mi disponible en efectivo era poco, entonces busqué la opción más económica: un ómnibus local que partía cerca de allí y me llevaba directo a la Terminal de Antigua. No tuve problemas con eso: los lugareños, al verme sola y extranjera, querían ayudarme, todos muy amables.  A pesar del cansancio, el pasaje por Ciudad de Guatemala fue muy acogedor.

Existen también otras alternativas para trasladarse, como los taxis, más rápidos y una buena opción si se viaja con más personas. Muchos turistas se unen para compartir el taxi y abaratar el pasaje. Desde el aeropuerto también salen shuttles, cómodos y también rápidos, algo más costosos aunque no demasiado. Pero mi viaje esta vez  sería en el bus local. Tampoco fue tan extenso: luego de hora y media aproximadamente, llegué a Antigua.

Antigua Guatemala
La ciudad espera colorida entre los volcanes (Foto de Matt Champlin) 

 

CALLES CON HISTORIA

La armonía de sus colores, sus calles empedradas y su arquitectura esplendorosa me atraparon al primer instante de habitar la ciudad. Estaba feliz, nuevamente en calma. Simplemente caminar es de las actividades más agradables que se pueden realizar en Antigua. A diferencia de Ciudad de Guatemala -que tiene fama de insegura-, aquí se respira tranquilidad. Aunque hay inagotables lugares para visitar, el solo hecho de perderse entre las calles es de los paseos más recomendables.

La intensa historia de la ciudad se va sintiendo a cada paso.  Fundada en 1524 con el nombre de Santiago de los Caballeros de Guatemala, era la capital del país, por lo que cuenta con un riquísimo patrimonio histórico y cultural. Fue levantada de sus escombros una y otra vez tras devastadoras catástrofes naturales por sus volcanes y sismos, y aún así se reconstruyó sin perder su  estilo renacentista español. Fue considerada la más bella ciudad de las Indias, y en 1979 declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Si disfrutan de la arquitectura y el arte, Antigua tiene exponentes de estilo barroco como la Iglesia de la Merced, que es una de las más hermosas. También hay que visitar el Convento de las Capuchinas, la Catedral, el Convento de Santo Domingo, y claro, el Arco de Santa Catalina, que lo encontrarán en una calle con muchas tiendas y restaurantes, icono de esta ciudad encantada. 

Atractivos de Antigua Guatemala
El Convento de las Capuchinas 

 

PASEANDO POR LOS SABORES

Y a propósito de sus sabores,  debo decir que ir al mercado y comer en las mesas populares sus comidas típicas fue otra de las cosas que más disfruté. En una mesa compartida, las amables mesoneras ofrecen diferentes guisados, tortillas, caldos, arroz, frijoles, tamales, pollo frito. Muchos piensan que no es seguro comer en los mercados por temas de higiene, pero en particular no tuve ningún problema y recomiendo esta  experiencia para apreciar más cerca a la gente que vive en la ciudad.

Para los que prefieren algo más clásico, Antigua tiene restaurantes con comida exquisita y hay una alta gama de opciones cocina tailandesa, mexicana o fast food. Pero para una experiencia gastronómica bien tradicional, recomiendo probar las enchiladas y el “pepián”, plato típico que puede ser de carne, de pollo o combinados, acompañado de arroz, aguacate y tortillas. Es  una receta de la época prehispánica, que ya se preparaba en las ceremonias mayas. Son infaltables los dulces típicos, como las canillitas de leche las espumillas, para postre o para acompañar el usual café de la tarde.

El pintoresco mercado típico de Antigua
El pintoresco mercado típico de Antigua (foto de Felicia Foto) 

 

Y es que el café es otro de los emblemas de Antigua, cultivado desde 1870 para su exportación. Como gran aficionada al café, aproveché para degustarlo en varias de las  cafeterías que adornan el perímetro de la plaza principal. A los fanáticos como yo recomiendo contratar tours dedicados a enseñar las zonas de plantación,  donde se  muestra el proceso de cultivo enmarcado en paisajes espectaculares. Para aprender más sobre la bebida, es recomendable visitar el Museo del Café en los alrededores de  la ciudad, y terminar el recorrido con una exquisita taza en contacto con las plantas del vivero. 

Para la noche hay muchos bares animados, varios con música en vivo y con ambiente agradable. Si alguien les habla del Café “No sé”, no piensen que es que no se acuerda del nombre: así se llama uno de los bares más lindos que conocí, con buenos músicos en vivo. 

Noche en Antigua Guatemala - Géant Travel
Sorpresas musicales en la noche del centro histórico 

 

ENTRE VINOS Y RISAS

Hay muchos edificios históricos que protagonizan las guías turísticas. Pero no puedo dejar de mencionar un lugar pequeño y muy especial que me dio las mayores alegrías y aprendizajes durante el viaje: la tienda “Tabacos y vinos”. Allí fui a dar al segundo día de mi estadía, cuando salí a pasear sin conocer absolutamente nada de lo que he relatado anteriormente. Necesitaba trabajar, buscar alguna forma para quedarme allí. No era solo que mis fondos empezaban a mermar. Era, sobre todo, que enseguida me había sentido como en casa, y no por las similitudes culturales sino por esa atmósfera acogedora que se vive en la ciudad. 

Recuerdo que vi el arco de Santa Catalina desde la calle principal, y  me pareció tan lindo que fue un llamador para tomar ese camino. Apenas lo crucé me topé con “Tabacos y vinos” (otra de mis profundas aficiones es el vino, como buena sudamericana que soy) y me tenté a entrar. Sabía que no estaba en condiciones de comprar, pero después de casi un año entre Centroamérica y Colombia, la nostalgia por un buen vino era muy grande. El local estaba repleto de botellas de vino de todas partes del mundo, con una mesa central donde la gente, además de comprar su vino para llevar, podía sentarse a disfrutar tranquilamente su copa.

Crónica de Viaje en Antigua Guatemala - Géant Travel
Nuestra cronista, Carla, sonriendo en "Tabacos y Vinos" 

 

En el momento en que entré estaba Ricardo, el dueño de la vinería. En cuanto escuchó mi acento uruguayo -que seguramente en principio interpretó argentino- y mi pregunta por el vino menos costoso, me hizo la pregunta mágica: “¿Te interesa trabajar?”. A la tarde tuve mi entrevista y entre copas, conversaciones amenas y risas acepté la propuesta. 

Fue el inicio de una experiencia enriquecedora para mí: conocer sobre vinos, probarlos, aprender de ese país encantador con Ricardo, mis compañeros y los visitantes, e inclusive lanzarme con el inglés, idioma requerido para intercambiar con todos los clientes y más tarde amigos que pasaban a visitar la tienda. 

 Si un día van caminando por la Quinta Avenida Norte -seguro lo harán si visitan Antigua- no duden en entrar. Gente muy amable y encantadora los recibirá con gusto. Si quieren conocer una bebida guatemalteca de excelente calidad, deben probar el ron Zacapa, posicionado entre los mejores del mundo. Bébanlo puro y, de ser posible, en su copa especialmente diseñada para su cata; no se arrepentirán.

 

UN RECUERDO PARA SIEMPRE

Otro de los grandes atractivos de Antigua son las artesanías. El paseo clásico es el Mercado Central,  aunque también existen varios mercados callejeros de menor costo donde se puede apreciar desde un lugar mucho más cercano la vida de los trabajadores de la ciudad. Y por las calles vemos a los nativos tejiendo y vendiendo, llenando la ciudad de colores ancestrales.

Además de ser muy buenos con los textiles, los antigüeños trabajan oro, plata, vidrio, cerámica, madera y  piedras preciosas. Imposible sustraerse a la belleza verde del jade, la piedra típica de la zona, considerada la piedra celestial de los mayas, símbolo de vida y de amor eterno. Recomiendo visitar la Casa del Jade, desde que puse un pie allí siento una conexión muy especial con la piedra y siempre la llevo conmigo.
Mercado callejero en Antigua Guatemala
Mercado callejero de textiles

 

Parte de la magia de Antigua se debe a que nació entre tres volcanes, -Volcán de Agua, de Fuego y Acatenango-, visibles desde diferentes puntos de la ciudad. Los aventureros tienen que animarse a escalar alguno de los tres picos, todos en torno a los 3700 metros de altura. Pero el más visitado para los ascensos es el Volcán Pacaya, ya que tiene un nivel de dificultad relativamente sencillo y se tarda solo dos horas. Este volcán, aún activo,  está a una hora de distancia de la ciudad y existen varias agencias que hacen la expedición guiada.

Otro paisaje imperdible para los que aman el turismo aventura es el Cerro de la Cruz, de mucho más fácil acceso, con una vista panorámica de toda la ciudad. Bien vale esperar el atardecer en el café ubicado sobre la cima, una de las mejores puestas de sol que he vivido. A solo veinte minutos caminando alrededor del Cerro, entre  montañas y vegetación, está la añeja Ermita de Santa Cruz, fuera de los mapas turísticos pero uno de los lugares más especiales de Antigua.

Volcanes de Antigua
La vista de los volcanes, siempre dominando la ciudad (Foto de Francisco Queliz) 

 

UNA CIUDAD PARA TODOS

Por ser una ciudad turística y una parada obligada si visitás Guatemala, es muy cosmopolita y está bien preparada para atender las necesidades del turista. Es fácil encontrar asesoramiento  sobre cómo moverse, qué visitar, dónde comer, cuáles son los mejores museos, dónde están los bancos. Además, es un punto intermedio entre muchos destinos, por lo que existe transporte desde allí para casi todos los otros destinos turísticos de Guatemala e inclusive otros países cercanos. 

Las opciones de hospedaje también son numerosas, y para todos los gustos, siempre confortables e instaladas en lugares lindísimos. Esta es una de las características  que más me gustó de la ciudad: que es acogedora para todos, más allá del presupuesto del que dispongas. No estás condicionado al factor económico para poder disfrutar de su belleza y sus sabores.
La vista de la ciudad desde el Cerro de la Cruz
La vista de la ciudad desde el Cerro de la Cruz 

 

¿CUÁNDO IR A ANTIGUA?

El clima en general es bueno en cualquier época del año. Los meses más fríos son diciembre y enero y la época lluviosa es de mayo a fines de octubre, con días cálidos y noches más frescas (es necesario algún suéter y calzado cerrado). La lluvia, sin embargo, no es constante ni entorpece el disfrute de la ciudad: mi estadía fue  casi por completo en la temporada de lluvia y pude hacer mis recorridos sin problemas.

Un momento muy particular para visitar Antigua es Semana Santa. Los lugareños la viven de una manera muy intensa: hay largas preparaciones para las procesiones y se decoran todas las calles con mucho colorido para los festejos. Pese al fuerte fervor católico, es muy interesante observar la presencia de algunas creencias de la cultura maya, siempre presente. Fundamental tener en cuenta que es una semana muy concurrida por personas de todo el mundo, por lo que la capacidad de hospedaje se satura más rápido y los precios se elevan; es aconsejable planear el viaje con anticipación para esta fecha.

Semana Santa en Antigua Guatemala
Procesión en Semana Santa 

 

Podría continuar detallando cosas para ver y conocer en Antigua, pero seguramente los viajeros descubran nuevas, porque esa es la magia de la ciudad. Una ciudad que en sus mixturas culturales y en su capacidad de reconstruirse tras tantas catástrofes naturales, tiene la grandilocuencia de  conservar la antigüedad que le da nombre… Conózcanla: les robará, como a mí, un pedacito de corazón.

 

Por Carla Ciavattone 

 

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